Cómo lacar una puerta, pasos sencillos.

Las puertas lacadas están de moda a pesar de su costo bastante superior, la razón es puramente estética, pues su acabado liso y brillante les confiere un aspecto elegante que jerarquiza la construcción.

Su ventaja es la fácil limpieza y su impermeabilidad, y su desventaja es la poca resistencia a los golpes y a la exposición al sol.

Las puertas lacadas, aunque bastante más costosas que las de madera barnizada, gozan de una amplia demanda. Es que su aspecto elegante y la posibilidad de elegir el color para que combine con el resto de la edificación, las convierten en objetos atractivos que brindan un detalle importante a la decoración.

Las puertas lacadas en duromadera, son más resistentes porque son menos sensibles a los cambios de temperatura y humedad, además las juntas sufren menos deformaciones y se evitan las grietas.
Por otra parte, el lacado les proporciona una protección eficiente contra la humedad, pues es resultado de la aplicación de numerosas capas de pintura, que le dan un acabado liso y brillante.

Es muy sencillo mantener la limpieza de estas puertas debido a su superficie tan lisa y brillante, basta limpiarlas con un paño con agua jabonosa (mejor usar jabón neutro), evitar los productos abrasivos o cáusticos. En caso de alguna mancha se puede lavar con alcohol diluido. Los solventes están prohibidos, pues la laca es soluble en ellos, tampoco pueden emplearse estropajos.

Si la laca es blanca, tiende a amarillear, principalmente con la luz solar y los contaminantes.

Qué se necesita para lacar una puerta

Si necesitas lacar una puerta de interior, o incluso la puerta de un armario, te dejamos estos elementos imprescindibles para hacerlo.

• Un rodillo de espuma “poro 0” de buena calidad, esto hará un acabado liso.
• Imprimación (para sellar los poros y que la pintura se agarre mejor).
• Pintura para lacar al agua de buena calidad
• Lija.
• Una cubeta para pintura y una brocha sintética para zonas donde no llegue el rodillo.
• Un trapo para limpiar.

Nuestra recomendación es que para este proceso saques las puertas del marco.

La duración de estas puertas es inferior a las de madera, ya que es muy difícil volver a lacarlas, su vida útil ronda los quince años. En casos de arañazos, pueden disimularse con laca del mismo color. También es posible prolongar la vida de estas puertas aplicándoles cera incolora, que protege y da brillo. Incluso otorga algo de protección contra impactos.