
Al renovar o construir una vivienda, uno de los elementos que más impacta en el aspecto final son las puertas. Las puertas blancas, en particular, aportan claridad, sensación de amplitud y un toque contemporáneo.
Sin embargo, al decidir entre puertas lacadas o pintadas, suelen aparecer varias preguntas: ¿qué opción es más recomendable? ¿Cuál resiste mejor el paso del tiempo? ¿Qué alternativa se adapta mejor a tus gustos y necesidades?
Índice de contenidos
¿Qué son las puertas lacadas?
Las puertas lacadas son aquellas que se recubren con una laca especial, normalmente de poliuretano, aplicada en varias capas para conseguir un acabado homogéneo, robusto y muy atractivo visualmente.
El proceso de lacado se lleva a cabo en cabinas especializadas, lo que asegura una superficie sin defectos y una larga vida útil.
Principales características del lacado
- Superficie lisa y uniforme
- Gran resistencia al uso, golpes y productos de limpieza
- Sencillo mantenimiento
- Blanco intenso y duradero
- Sensación de alta calidad
Estas propiedades convierten a las puertas lacadas en una elección frecuente en viviendas de estilo contemporáneo o minimalista.
¿Qué son las puertas pintadas?
Por otro lado, las puertas pintadas son puertas de madera o DM que se recubren con pintura convencional, normalmente aplicada con rodillo o pistola.
Este proceso puede ser más artesanal o semiindustrial, y aunque el resultado visual puede parecerse al de una puerta lacada, existen diferencias importantes en cuanto a acabado y durabilidad.
Características principales de las puertas pintadas
- Aplicación más sencilla y económica
- Pueden surgir imperfecciones si la aplicación no es adecuada
- Menor resistencia al uso diario y a los roces
- Fácil de repintar si se desea renovar el color
Aunque las puertas pintadas pueden ser una alternativa válida, especialmente para presupuestos ajustados, no siempre alcanzan el mismo nivel de acabado ni la misma resistencia que una puerta lacada.
Ventajas de las puertas lacadas blancas
Más allá de la comparación, las puertas lacadas blancas cuentan con ventajas evidentes que las sitúan entre las opciones más demandadas en interiorismo:
- Mayor luminosidad: El blanco refleja la luz y ayuda a que los espacios se vean más grandes.
- Versatilidad decorativa: Se adaptan a estilos modernos, clásicos, nórdicos o mediterráneos.
- Acabado perfecto: El lacado profesional proporciona una superficie limpia y sin defectos.
- Sensación premium: Tanto al tacto como a la vista, transmiten una calidad superior.
Consejos para cuidar las puertas lacadas
Una de las grandes ventajas de las puertas lacadas es su sencillo mantenimiento. Aun así, hay algunas recomendaciones útiles:
- Limpiar regularmente con un paño suave y productos neutros (evitar amoníacos o disolventes fuertes).
- Proteger de golpes: aunque son resistentes, pueden dañarse si reciben impactos fuertes.
- Buena ventilación: en espacios húmedos como baños, es importante ventilar bien para conservar el lacado.
Con estos cuidados básicos, una puerta lacada puede lucir como nueva durante mucho tiempo.
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